Triple homicidio en La Isla frontera con Táchira

Las autoridades policiales de Cúcuta investigan la masacre de tres personas, una de ellas de nacionalidad venezolana, que fueron asesinadas de un disparo en la cabeza en la zona fronteriza con esa ciudad el miércoles 26 de enero en la madrugada.

El comandante de la Policía Metropolitana de la ciudad, general Óscar Moreno dijo que los tres cuerpos fueron localizados en una zona conocida como la vereda ‘La Isla’, y que se está brindando toda la ayuda humanitaria a los familiares de las víctimas.

«Efectivamente algunos ciudadanos alertaron a nuestros policías del hallazgo de los tres cuerpos. Se están regularizando las acciones judiciales con las autoridades y fiscales para adelantar los procesos correspondientes», aseguró el comandante del Mecuc.

De las tres personas, dos han sido identificadas. Se trata de Nicolás Antonio Machado Seijas, de nacionalidad venezolana, y Rodolfo Llanos Holanda, de nacionalidad colombiana; ambos trabajaban como ‘maleteros’.

Los allegados a Nicolás Antonio aseguran que solía dedicarse a la chatarra o a la mercancía metálica. «A veces tenía ‘carreras’ con camiones de fruta o comida, pero llevaba cinco años trabajando así. Dejó tres hijos, tenía 55 años, era venezolano y vivía en Ureña. Uno es consciente de los riesgos que implica el trabajo, por todo lo que se ve en los caminos, pero cuando se nace con la necesidad, hay que arriesgarse para no pasar hambre», dijo la fuente.

Esta es la segunda detonar violenta que se registra en menos de seis días, en la zona fronteriza que comunica a Norte de Santander con el estado Táchira; el pasado 21 de enero fue encontrado el cuerpo de un hombre en el paso conocido como 51 en el municipio de Villa del Rosario, territorio colombiano.

Ante estas acciones violentas en las diferentes poblaciones de la zona fronteriza, las autoridades confirmaron que estas personas fueron asesinadas debido al enfrentamiento de varios grupos armados que buscan controlar el paso fronterizo.

«Normalmente los guerrilleros (Eln) están aquí, llevan varios meses controlando el tráfico de personas y cobrando una suma de dinero por el contrabando. Sin embargo, no habíamos tenido muchos problemas con ellos, porque ya conocen a la gente del barrio», dijo un testigo que prefirió mantenerse en el anonimato.