«Vídeo»:Padrino López: USA principal amenaza para Latinoamérica y el Caribe

“La principal amenaza a la seguridad y la paz en América Latina son las acciones que lleva a cabo los Estados Unidos (EE.UU.) a nivel político, económico, militar para tratar de mantener su decadente hegemonía”, denunció el vicepresidente sectorial de Soberanía, Política, Seguridad y Paz, General en Jefe Vladimir Padrino López, durante su intervención en la XI conferencia de Moscú sobre Seguridad Internacional, realizado en Rusia.

En sus palabras, transmitidas vía telemática, Padrino López advirtió que los Estados Unidos de Norteamérica es la potencia hegemónica más invasiva que ha conocido la humanidad, y se resiste a perder su supremacía, la cual ha impuesto en el mundo a través del poder militar, económico y de la transculturización.

“No obstante, estas bases han sido desafiadas por Estados emergentes que le rivalizan y asoman el indetenible surgimiento de un nuevo orden mundial”, aseveró, durante la inauguración de este foro mundial en el Centro Patriot, de Moscú, donde participan más de 800 delegados de 76 países.

En un mensaje de aproximadamente diez minutos, el General en Jefe de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), recordó que en la región latinoamericana, desde 1998, con la llegada de la Revolución Bolivariana, liderada por el Comandante Hugo Chávez, Venezuela puso un alto a esta dinámica injerencista y neoliberal del gobierno estadounidense, que retoma el sueño integracionista de El Libertador Simón Bolívar, y promueve los valores de Justicia, Igualdad, Solidaridad, Paz y Unidad Latinoamericana.

“Esta acción emancipadora inspiró y enrumbó el destino político de otras naciones del continente, influyendo en el surgimiento de gobiernos progresistas”, destacó, por lo cual el régimen imperial que gobierna a EE.UU. decidió declarar a Venezuela como una supuesta “amenaza inusual y extraordinaria”, y asediarla a través de la imposición de sanciones coercitivas ilegales, unilaterales y criminales por más de 20 años.

Padrino López dijo, que el faro que representa la Venezuela Bolivariana, con la creación de bloques de integración como la CELAC, UNASUR, ALBA y PetroCaribe, ha facilitado que gobiernos de Latinoamérica y el Caribe muestren una tendencia irreversible, hacia la búsqueda de un mundo multicéntrico, multipolar y pluricultural.

“Bajo este esquema de pensamiento, que no permite el injerencismo y promueve la autodeterminación de los pueblos, América Latina puede convertirse en un factor de estabilidad y equilibrio geopolítico, no solo para sí misma, sino para el mundo entero”, auguró.

El ministro para la defensa venezolano, pidió al mundo que mire hacia América Latina y el Caribe como un bloque integracionista y de equilibrio, entre los diferentes factores de poder.

Y acotó, que así como Venezuela ha sido históricamente promotor de la integración, la libertad, la soberanía e independencia de los pueblos, trabaja con otros pueblos hacia una nueva geopolítica mundial, para construir un polo emergente de poder económico, social, cultural, militar, en contrapeso al poder hegemónico de Estados Unidos.

A continuación la trascripción del mensaje del alto oficial venezolano:

Saludos.

Con el espíritu integracionista del arquitecto de la libertad americana, Simón Bolívar, y del Comandante supremo Hugo Chávez, en nombre de ciudadano Nicolás Maduro Moros, presidente  constitucional de la República Bolivariana de Venezuela y del pueblo venezolano, traigo un cálido y afectuoso saludo al señor Vladimir Putin, presidente de la federación de Rusia, al general Sergey, ministro de defensa, al pueblo ruso y a todos los participantes en este importante encuentro, para abordar el tema de la América Latina como generador de estabilidad en la esfera de la seguridad.

Debemos comenzar por señalar que el mundo transita actualmente una época de altísima inestabilidad en lo político económico y social, entre otros ámbitos de carácter global. Tal inestabilidad deviene de múltiples factores tales como el cambio climático, causado principalmente por el modelo consumista que impone el sistema capitalista; las crisis energéticas migratorias y alimentarias; el narcotráfico y los crímenes transnacionales.

No dudo en afirmar que todo lo anterior es consecuencia de la lucha por la hegemonía mundial, pues en la sociedad contemporánea no es posible hablar de la paz o la guerra, seguridad global, equilibrio, preservación del ambiente y desarrollo sostenible, sin abordar el tema del imperialismo en sus múltiples formas.

Al respecto, los Estados Unidos de Norteamérica, la potencia hegemónica más invasiva que ha conocido la humanidad, se resiste a perder su supremacía la cual ha impuesto a través del poder militar, económico y de la transculturización.

No obstante, estas bases han sido desafiadas por Estados emergentes que le rivalizan y asoman el indetenible surgimiento de un nuevo orden mundial.

En consecuencia el planeta entero se encuentra frente a la trampa de sus líderes, experimentando un estado de permanente tensión global.

La región latinoamericana no está exenta de esta coyuntura y debido a la riqueza de sus recursos naturales estratégicos, históricamente han padecido las ambiciones de las grandes potencias, especialmente las del imperio norteamericano que, sustentado en la filosofía del destino manifiesto y obedeciendo a su naturaleza injerencista, ha mantenido una política de intervención directa mediante golpes de estado, invasiones, bloqueos, apoyo a dictaduras, instalación de bases militares y financiamiento de grupos mercenarios, entre otras prácticas que violan la soberanía y el derecho de la autodeterminación.

Esta realidad no la han disimulado sus voceros, como la actual representante del Comando Sur, quien ha expresado en varias oportunidades que Latinoamérica es una región de importantísimos recursos naturales, prestando especial atención al petróleo, gas y el litio, siendo este último, por cierto, clave de la carrera tecnológica mundial, encontrándose sus mayores reservas a nivel mundial en el denominado Triángulo del Litio en las repúblicas de Argentina, Bolivia y Chile.

Ahora bien, en 1998, con la llegada de la Revolución Bolivariana liderada por el Comandante Hugo Chávez, Venezuela puso un alto a esta dinámica injerencista y neoliberal del gobierno de los Estados Unidos, retomando el sueño integracionista del Libertador Simón Bolívar y promoviendo los valores de Justicia, Igualdad, Solidaridad, Paz y Unidad Latinoamericana.

Esta acción emancipadora inspiró y enrumbó el destino político de otras naciones del continente influyendo en el surgimiento de gobiernos progresistas.

Cada vez destacar que esta posición particular de Venezuela la ha llevado a ser víctima del asedio Imperial a través de la imposición de sanciones coercitivas ilegales y unilaterales por más de 20 años, al punto de ser catalogada como una amenaza inusual y extraordinaria por parte del gobierno estadounidense. 

Pero la conformación de este gran bloque marcó, sin duda, un nuevo rumbo en la geopolítica latinoamericana que llegó a tocar la política global, la vocación libertaria y emancipadora que nos caracteriza.

Fue convertida en la base teórica ideológico para acercarnos y formar nuevas alianzas con Estados emergentes en favor de apoyar la construcción sin demora del nuevo orden mundial, enarbolando la unidad como única forma de garantizar la seguridad real de los pueblos de América.

Desde ese pensamiento surgieron iniciativas revolucionarias, como la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), la Alianza Bolivariana para los Pueblos de NuestraAmérica (Alba) y PetroCaribe, instancias concebidas en función de la cooperación e integración regional, las cuales, a pesar de las adversidades, han servido de plataforma para mirarnos, reconocer y avanzar, concretando, además, la hermosa decisión de declararnos como una zona de paz.

Hablamos de una tarea integral que implica la cooperación en áreas como el comercio, el desarrollo sostenible, la lucha contra el crimen organizado, la promoción de los Derechos Humanos, el desarrollo y regulación de las nuevas tecnologías y la protección del medio ambiente, aspectos que hoy gracias a la conciencia de nuestros pueblos, empiezan a retomarse con más fuerza y determinación en la actualidad.

Los gobiernos de Latinoamérica y el Caribe muestran una tendencia que podríamos calificar de irreversible, al formar parte de un bloque orientado hacia la búsqueda de un mundo multicéntrico, multipolar y pluricultural.

Bajo este esquema de pensamiento, que no permite el injerencismo y promueve la autodeterminación de los pueblos, América Latina puede convertirse en un factor de estabilidad y equilibrio geopolítico, no solo para sí misma sino para el mundo entero, constituyéndose -por ejemplo- en un proveedor seguro de materias primas, un mediador confiable ante conflictos de diversa naturaleza y un ente promotor de la paz.

Sin embargo, los Estados Unidos no cesan en sus intentos de mantener su hegemonía hemisférica para mantener a América Latina alineada con sus intereses, por lo cual han incrementado sus actividades militares en la región.

Muestra de ello, los 11 ejercicios militares auspiciados por el Comando Sur con sus aliados en lo que va de año, sumado lo anterior también destacan las actividades de sus empresas transnacionales que tratan, incluso, de vulnerar la soberanía de Estados latinoamericanos y caribeños.

Venezuela, en particular, ha tenido que dar respuesta contundente a estas amenazas en nuestra fachada atlántica y en el territorio Esequibo.

Ante estos factores desestabilizadores, me atrevo a decir que la principal amenaza a la seguridad y la paz en América Latina son las acciones que lleva a cabo los Estados Unidos a nivel político, económico, militar para tratar de mantener su decadente hegemonía.

Para finalizar, desde Venezuela como nación que históricamente ha promovido la integración, la libertad, la soberanía e independencia de los pueblos, le pedimos al mundo que siga mirando hacia el América Latina y el Caribe en su justa dimensión como un bloque que está dando pasos concretos hacia la consolidación de una política integracionista y, al mismo tiempo, de equilibrio entre los diferentes factores de poder.

Iniciativas como el fortalecimiento de los BRICS, el acercamiento a naciones como Rusia, India y China, que están trayendo grandes inversiones a la región y la implementación de monedas alternativas al dólar americano, apuntan a la defensa de las autonomías regionales y colocan su impronta en la nueva geopolítica mundial, al vislumbrarse como un polo emergente de poder económico, social, cultural, militar, en contrapeso al poder hegemónico de Estados Unidos.

De esta manera, continuaremos contribuyendo a la edificación de un futuro más diáfano justo y esplendoroso para toda la humanidad.

Muchísimas gracias.

Fuente: www.vtv.gob.ve