El Día del Padre tiene su origen a comienzos del siglo XX en Washington, Estados Unidos. En 1909, una mujer llamada Sonora Smart Dodd, inspirada por un sermón sobre el Día de la Madre, quiso rendir homenaje a su padre, William Smart. William era un veterano de la Guerra Civil que, tras la muerte de su esposa durante el parto de su sexto hijo, crió solo a sus hijos en una granja rural. Sonora propuso celebrar el Día del Padre el 5 de junio, en honor al cumpleaños de su padre, marcando el primer Día del Padre en 1909.
Aunque la idea de celebrar a los padres se popularizó rápidamente, la fecha no se estableció de inmediato. En 1924, el presidente Calvin Coolidge proclamó el Día del Padre como una celebración nacional, pero no fue hasta 1966 que el presidente Lyndon Johnson fijó oficialmente la fecha para el tercer domingo de junio.
Sonora Smart Dodd logró que el 19 de junio de 1910 se celebrara el primer Día del Padre, tras presentar su solicitud a la Alianza Ministerial de Spokane. A partir de entonces, muchos países se unieron a la tradición de festejar a los padres en esa misma fecha, reconociendo la importancia y el sacrificio de los padres en la crianza de sus hijos.