Un estudio del Observatorio de Universidades (OBU) ha revelado que la crisis en la educación superior es de proporciones alarmantes.
La precaria situación de profesores, estudiantes e infraestructura ha llevado a las instituciones al borde del colapso, poniendo en riesgo el futuro académico del país.
La infraestructura universitaria presenta un cuadro desolador. Seis de cada diez instituciones carecen de laboratorios y bibliotecas especializadas.
La falta de servicios básicos como agua potable y baños funcionales afecta a más del 85% de las universidades públicas.
La brecha entre las universidades públicas y privadas sigue creciendo . Mientras las instituciones privadas, han logrado mantener estándares de calidad relativamente estables, las públicas se enfrentan a un déficit presupuestario que supera el 90%, lo que ha llevado a una degradación acelerada de sus servicios.
A pesar de las constantes denuncias de los gremios universitarios, el gobierno ha mostrado una indolencia preocupante ante la crisis. Las demandas de los trabajadores y estudiantes han sido sistemáticamente ignoradas, dejando a la educación superior venezolana a la deriva.
Fuente: El Impulso.