
Táchira y la búsqueda de su gloria ante Flamengo
En el corazón de los Andes venezolanos, donde el viento susurra historias de resistencia y pasión, el Estadio Polideportivo de Pueblo Nuevo se alza como un coloso de cemento y almas vibrantes. Allí, el Deportivo Táchira, el «Carrusel Aurinegro», se prepara para un duelo que trasciende el mero fútbol: una batalla contra el gigante Flamengo, un equipo cargado de historia y estrellas, pero también de fantasmas del pasado.
El 3 de abril, Pueblo Nuevo se vestirá de gala, no de lentejuelas y oropel, sino de amarillo y negro, los colores de la esperanza y la lucha. Los ecos de 1991 resuenan en el aire, cuando Flamengo, con su poderío avasallador, dejó una herida profunda en el orgullo tachirense. Ahora, la revancha se cocina a fuego lento, alimentada por la pasión de una afición que sueña con escribir un nuevo capítulo en la historia del fútbol venezolano.
Flamengo llega con la aureola de favorito, un equipo que despliega un fútbol de seda y acero, con jugadores que parecen tocados por la varita mágica. Pero el Táchira no se amilana. Edgar Fernando Pérez Greco, el estratega aurinegro, ha tejido una tela de estrategias y sueños, consciente de que en el fútbol, como en la vida, las sorpresas aguardan a la vuelta de la esquina.
El balón rueda, y con él, las ilusiones de un pueblo que se volcará en las gradas y convertir el estadio en un hervidero de emociones. Cada pase, cada regate, cada atajada, será un latido en el corazón de Venezuela. El Táchira buscará la gloria, no sólo para ganar un partido, sino para demostrar que la humildad y el coraje pueden vencer a la prepotencia y el poder.
En Pueblo Nuevo, el fútbol se convertirá en un canto a la rebeldía, en una metáfora de la lucha por la dignidad. Y mientras el balón vuela, las almas se entrelazan en un abrazo colectivo, donde la esperanza y la pasión se fundirán en un solo grito: ¡Vamos, Táchira!
Carlos Alexis Rivera CNP 10746