Las instituciones escolares se observan cada día en mayor deterioro, las escuelas no cuentan con los servicios básicos necesarios; lo que imposibilita clases seguras para lograr un sistema educativo lúcido en un país donde se continúan vulnerando los DDHH

 

La grave emergencia humanitaria compleja que vive Venezuela, ha llevado a la vulneración del derecho a educación, vida y salud por parte del Estado venezolano, evidenciando una política estratégica errada y viciada, asociada a esquemas ideológicos equivocados, diseñados por personeros que no permiten un sistema educativo eficaz.

Como lo revela el informe sobre el primer trimestre 2022 emitido por el Observatorio de Educación de FundaRedes, la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRV) contempla en sus artículos 102 y 104 que la educación es democrática, gratuita y obligatoria, así como la estabilidad a educadores y docentes, pero la crisis humanitaria compleja que vive el país, violenta ambos artículos, evidenciando cada día la incapacidad del Estado para garantizar la calidad de la educación en Venezuela.

Por ende, en dicho informe la organización defensora de DDHH refleja la creciente complejidad e inestabilidad del sistema educativo en Venezuela.  Así mismo, la violación permanente de DDHH que, están consagrados en la (CRV) y la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

Es más que evidente la omisión del Estado venezolano para solucionar temas en los que se ven envueltos tantos niños, niñas y adolescentes quienes, en diferentes zonas del territorio nacional, principalmente en el corredor fronterizo, se ven afectados por el deterioro de infraestructuras educativas, falta de docentes, mala alimentación y demás precariedades, que se detectaron durante esta primera investigación trimestral, a través del Observatorio de FundaRedes.

Vulneración al derecho de una educación digna

 

El informe continúa develando que de cada 10 escuelas públicas en el país al menos 7 presentan fallas en el servicio de agua potable, el 42,2% de los planteles educativos suspenden actividades por la falta del vital líquido, mientras que el 52% de las escuelas tienen servicios básicos precarios y las contadas escuelas que pueden tener acceso al agua, presentan dificultades de almacenamiento por mal estado, deterioro de los tanques y en otros casos por no contar con los mismos.

Dentro de la crisis humanitaria compleja que vive el país, la cual se refleja en el sistema educativo en Venezuela, está el deterioro a la infraestructura escolar en general, reflejado en falta de áreas verdes, pintura, electricidad, arreglo de techos, paredes, entre otros, que, por ende, no permiten el desarrollo de planes de formación y capacitación integral.

Como lo evidencia el informe, planteles del estado Táchira tales como Ramón Velázquez, Vicente Dávila, J.A. Román Valecillos, Antonio Rómulo Costa, Escuela Nacional Carlos Rangel Lamus, presentan problemas sanitarios y de mantenimiento, aunado a la escasez de agua tanto para el aseo de todos los espacios internos de la institución, como para el consumo por medio de bebederos para la hidratación de los escolares, situación similar que ocurre en otros planteles de Venezuela.

Sin embargo, como se expone de forma amplia en el informe de educación del primer trimestre, las instituciones escolares se observan cada día en mayor deterioro, las escuelas no cuentan con los servicios básicos necesarios; lo que imposibilita clases seguras para un sistema educativo normal en un Estado donde se continúan vulnerando los DDHH.

Falta de planes de contingencia ante repunte de COVID-19 en escuelas

 

Ha sido la misma sociedad, docentes, padres y representantes quienes denuncian el reinicio a clases de manera presencial, al observar que existen incluso escuelas que no cuentan con grifos para recibir el abastecimiento de agua, lo que es vital para combatir la enfermedad, así mismo el equipo necesario y kits para la prevención de la COVID-19 son inexistentes en los planteles, alcohol, gel antibacterial, tapa bocas, agua y jabón, ya que las instituciones no reciben los artículos necesarios para su seguridad y la preservación del derecho a la vida.

“Se han producido muchos casos, alcanzando al menos 30 colegios de cinco estados del país, solo durante la segunda semana de clases presenciales de 2022. Existen testimonios de diversos estados del país, donde la mayoría de los docentes y estudiantes usan tapabocas de tela, que, según la OMS, no protegen contra el virus”, reflejan las investigaciones de FundaRedes, expresadas en dicho informe.

El sistema de “salud escolar” tiene otros elementos que sumados a los de la propia debilidad orgánica del sistema de salud general, y a la presencia del Covid-19 desde el 2020, marcan una profunda grieta, ya que el sistema comienza con la determinación de medidas sanitarias para personal y estudiantes, así como políticas preventivas de salud, pero estas no se cumplieron.

En condiciones normales, la actividad presencial es una constante que los escolares de diferentes modalidades viven, pero la ausencia de esta, generó en los estudiantes estrés, confusión e irritabilidad que agravaron su estabilidad mental, física y emocional.

Aunado a las afectaciones socioeconómicas, desigualdades sociales profundizadas y aumentadas en medio de la emergencia humanitaria compleja, aislamiento social, cambio drástico en el estilo de vida, aumento de las actividades online, falta de apoyo social, impacto afectivo familiar y la percepción de vulnerabilidad al contagio.

Planes de Salud y Programas de Alimentación Escolar

 

Es preocupante la mirada distorsionada y ausente del Estado venezolano ante el declive de la alimentación en Venezuela, puesto que acelera el incremento de afectaciones de salud tanto en docentes y estudiantes dentro del territorio nacional.

Las poblaciones más vulnerables se enfrentan de manera rutinaria a los problemas de malnutrición motivado a una débil atención sanitaria y alimentaria que ha originado el incremento de enfermedades infecciosas en poblaciones rurales y urbanas.

Como consecuencia del incumplimiento de los programas de alimentación escolar, en algunos casos, esto se ha convertido en estímulo de movilización social de la población demandante, para que se activen mecanismos de protesta.

Ante la opacidad del Estado venezolano frente a un pilar fundamental como es la educación en Venezuela, FundaRedes a lo largo de sus denuncias e investigaciones y como organización defensora de los Derechos Humanos, insta al estado venezolano a aprobar recursos que permitan mejorar los servicios públicos en cada una de las instituciones educativas, de manera especial los relacionados a la salud, a la alimentación y de igual manera garantizar que se usen adecuadamente.

Es necesario que el Estado venezolano cumpla con su obligación de garantizar un ambiente sano, sobre todo en aquellas instituciones educativas que a la fecha se encuentran en condiciones no aptas para el retorno a la escolaridad presencial.

Prensa FundaRedes